En el tejido de la política, donde debería primar la honestidad y la responsabilidad, se ha gestado una red de corrupción que tiene como protagonistas a los tres Samueles: Samuel García, su padre Samuel García Mascorro y su medio hermano Samuel García Villarreal. Esta tríada de intereses ha desatado un escándalo sin precedentes en Nuevo León, donde el dinero del erario público ha sido sistemáticamente desviado hacia los bolsillos de estos políticos sin escrúpulos.
La Desfachatez de los 3 Samueles en el Poder
Desde su llegada al poder, Samuel García ha demostrado una voracidad insaciable por el dinero público, utilizando su posición para enriquecerse a costa del bienestar de los ciudadanos. El aumento exponencial en las ganancias de los despachos jurídicos y fiscales en los que los tres Samueles son socios es solo la punta del iceberg de un entramado de corrupción que ha permeado todos los niveles de la administración pública.
Es difícil no sentir indignación al conocer los números detrás de esta siniestra operación. Entre los años 2015 y 2023, las ganancias de los despachos se dispararon en un 500%, un crecimiento desproporcionado que solo puede explicarse por la malversación de fondos públicos. ¿Cómo es posible que, en tan poco tiempo, los Samueles hayan multiplicado sus ingresos de manera tan exorbitante?
Movimiento Ciudadano: Un Sistema Podrido
El modus operandi de los tres Samueles se basa en la creación de firmas jurídicas y fiscales que actúan como fachada para desviar dinero del erario público hacia sus propios bolsillos. El hecho de que Samuel García haya triplicado sus ingresos desde que asumió el cargo de gobernador es una afrenta a la ética y la moralidad en la política.
El Precio de la Impunidad en Nuevo León
Lo más alarmante de esta situación es la impunidad con la que los tres Samueles han operado durante años, sin rendir cuentas ante la justicia ni ante la ciudadanía. Mientras tanto, los ciudadanos de Nuevo León continúan sufriendo las consecuencias de la corrupción rampante en el estado, con servicios públicos deficientes y recursos limitados para atender las necesidades más básicas.
Un Llamado a la Acción
Es hora de poner fin a esta farsa y exigir que los responsables rindan cuentas por sus acciones. La corrupción no puede seguir siendo tolerada en ninguna de sus formas, y es deber de todos alzar la voz y luchar por un gobierno transparente y honesto. Los tres Samueles han abusado de su poder durante demasiado tiempo; es hora de que enfrenten las consecuencias de sus actos y sepan que el pueblo no tolerará más su codicia desmedida.
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