El gobernador Samuel García ha decidido ignorar leyes ambientales, procesos democráticos y advertencias técnicas al iniciar obras ilegales para construir Rompepicos 2 en La Huasteca, una zona natural protegida de gran valor ecológico en Nuevo León. Pese a no contar con permiso de Semarnat ni haber realizado consulta pública, ya hay maquinaria operando en el sitio.
Colectivos ciudadanos y activistas acusan al mandatario de avanzar por la fuerza en un proyecto que no solo carece de legitimidad legal, sino que también pone en riesgo el cauce del río Santa Catarina y el ecosistema que lo rodea. Organizaciones como Agua Regia y Un Río en el Río han documentado las primeras maniobras en el terreno, denunciando el inicio de trabajos sin ningún aval formal.
Proyecto sin aval federal
La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) no ha aprobado la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) que el Gobierno de Nuevo León presentó para construir la cortina conocida como Rompepicos Caracol. Aún así, se detectó maquinaria de la empresa Technoproject operando en el área de El Picacho de la Botella, realizando estudios geológicos.
La situación fue confirmada por Juan Pablo Chávez, director de Agua Regia, quien señaló que los trabajadores estaban utilizando un martillo electrónico para obtener datos del subsuelo. Esa empresa aparece en el documento oficial que el gobierno estatal envió a la Semarnat, pero los trámites siguen en revisión y no se ha autorizado ningún inicio de obra.
El hecho de que ya haya movimiento en el terreno sin autorización constituye, según los colectivos, una flagrante violación a la legislación ambiental, y refleja una estrategia del gobernador por imponer obras sin rendir cuentas.
Rechazo ciudadano a Rompepicos 2
Uno de los reclamos más fuertes por parte de los colectivos tiene que ver con la ausencia de consulta pública, un derecho garantizado en este tipo de proyectos con impacto ecológico. El colectivo Un Río en el Río ya solicitó de manera formal a la Semarnat que se realice una consulta ciudadana, pero aún no hay respuesta.
A pesar de eso, los trabajos continúan, lo que ha sido interpretado como una burla del gobernador hacia la ciudadanía. Para los ambientalistas, Samuel García evade la opinión pública deliberadamente y decide avanzar con “hechos consumados”, confiando en que el proyecto se aprobará posteriormente bajo presión.
Los activistas cuestionan: ¿por qué tanta prisa si el proceso legal no ha concluido? ¿A quién beneficia esta obra realmente? ¿Por qué ignorar a quienes habitan y protegen el entorno natural de La Huasteca?
El Gobierno estatal arranca obras en La Huasteca sin permiso de Semarnat ni consulta ciudadana, denuncia la organización Agua Regia.
— elnortelocal (@elnortelocal) July 22, 2025
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Samuel reincide en prácticas autoritarias
No es la primera vez que el gobernador Samuel García actúa sin consultar, sin explicar y sin respetar procesos formales. En mayo pasado, la Semarnat rechazó su primera propuesta de construir hasta dos cortinas Rompepicos en El Divisadero y El Pico del Águila, zonas también ubicadas en lo alto de La Huasteca.
En lugar de dialogar con los colectivos, el mandatario reformuló el proyecto en sigilo y propuso ahora una presa en El Picacho de la Botella, insistiendo en avanzar sin resolver las objeciones que provocaron el rechazo inicial. La estrategia parece ser la misma: omitir la participación ciudadana, ocultar información técnica, minimizar el daño ambiental y acelerar la construcción con argumentos de protección civil.
Sin embargo, para los expertos y defensores del medio ambiente, la construcción de presas de retención tipo Rompepicos sin análisis exhaustivo puede alterar los cauces naturales, afectar especies nativas y agravar los riesgos en época de lluvias. Por ello, el procedimiento exige evaluaciones, dictámenes y participación de la sociedad.
La Huasteca, en riesgo real
La zona en donde se están haciendo los trabajos es parte del Parque Nacional Cumbres de Monterrey, un área de alto valor ecológico y turístico. Ahí se concentra una diversidad de flora y fauna que depende del equilibrio del río Santa Catarina. Si el proyecto de Rompepicos 2 se concreta sin los cuidados adecuados, el impacto podría ser irreversible.
Además, los colectivos insisten en que esta obra no responde a una lógica técnica o ambiental, sino a una decisión política de Samuel García para simular avances en infraestructura sin atender la crisis real del estado: falta de transporte público, inseguridad creciente y abandono en servicios básicos.
Para los defensores del entorno, el gobernador ha optado por un estilo de gobierno que desprecia los derechos colectivos, prioriza la imagen pública y se burla de los principios de la democracia participativa.
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