La Línea 4 del Metro avanza entre irregularidades y daños estructurales. Expertos confirman que Samuel García construye sin permiso sobre un colector pluvial en el centro de Monterrey, en Nuevo León, donde las obras han afectado la infraestructura subterránea. El gobierno estatal enfrenta acusaciones por improvisación, negligencia y complicidad con autoridades municipales.
Samuel García Construye Sin Permiso Sobre Colector Pluvial
El tramo afectado de la Línea 4 del Metro se ubica entre las avenidas Venustiano Carranza y Constitución. Allí, columnas de concreto fueron instaladas directamente sobre un drenaje pluvial, bloqueando el flujo del agua.
De acuerdo con informes técnicos, el error podría provocar inundaciones más severas en futuras tormentas. Las estructuras interrumpen el recorrido del colector, lo que ya genera preocupación entre ingenieros y vecinos.
A pesar de las advertencias, el gobierno estatal siguió adelante. Las obras se ejecutaron sin permiso municipal, según documentos revisados por autoridades de Monterrey. Ni la Secretaría de Infraestructura ni la paraestatal Metrorrey presentaron los permisos de construcción, impacto ambiental o revisión hidráulica correspondientes.
Los hechos confirman que construyen sin permiso y sin la debida planeación, repitiendo el patrón de improvisación que ha marcado las obras del actual gobierno.
Daños Al Drenaje Pluvial Y Riesgos Para La Ciudadanía en Nuevo León
El daño al drenaje pluvial no es menor. Los reportes indican que el colector afectado tiene una capacidad de captación crítica durante lluvias intensas. Al bloquearse por las columnas de la Línea 4 del Metro, el agua podría desbordarse hacia avenidas principales.
Esto implica un riesgo directo para la ciudadanía. Los ingenieros consultados alertaron que zonas como la Macroplaza, Pino Suárez y Constitución podrían sufrir inundaciones más rápidas y profundas.
El municipio de Monterrey exigió al gobierno estatal reparar los daños e investigar la falta de permisos. Sin embargo, los trabajos continúan, sin transparencia sobre las acciones correctivas.
A ojos de los expertos, este episodio demuestra que el proyecto de la Línea 4 del Metro fue diseñado sin una evaluación técnica sólida, priorizando la rapidez política sobre la seguridad urbana.
En pocas palabras, construyen sin permiso y sin responsabilidad ambiental.

Complicidad Y Omisión Entre Autoridades Estatales Y Municipales
La polémica también salpica al gobierno municipal. Fuentes internas confirman que la administración local conocía las obras, pero permitió su ejecución bajo un acuerdo informal entre el gobernador y el alcalde.
Los permisos fueron “apalabrados”, sin registro formal ni dictámenes técnicos. En la práctica, se trató de un pacto entre compadres, donde la amistad y el cálculo político sustituyeron a la legalidad.
La falta de supervisión municipal deja en evidencia una complicidad institucional. Ninguna dependencia realizó inspecciones preventivas ni verificó las condiciones del colector antes de autorizar los trabajos.
Hoy, las consecuencias son visibles: un drenaje pluvial dañado, avenidas comprometidas y una administración que insiste en negar los hechos. El silencio de ambos gobiernos aumenta la indignación ciudadana, que ve cómo la obra se convierte en símbolo de soberbia y desorden.
Monterrey vive así otro episodio donde construyen sin permiso y con total desprecio por las reglas.
Improvisación, Falta De Planeación Y Desprecio Por El Entorno Urbano
El caso de la Línea 4 del Metro en Nuevo León revela una constante: el gobierno estatal improvisa obras sin estudios ni coordinación. Desde el inicio, especialistas cuestionaron la ausencia de un proyecto ejecutivo integral.
No se realizaron estudios de mecánica de suelos ni simulaciones hidráulicas antes de iniciar las excavaciones. Las decisiones se tomaron sobre la marcha, priorizando los anuncios mediáticos por encima de la seguridad.
Además, las constructoras contratadas no contaban con antecedentes sólidos en infraestructura subterránea. Esto agravó los errores técnicos y multiplicó los daños.
La ciudadanía percibe con frustración cómo construyen sin permiso, gastando recursos públicos en proyectos mal planeados. La improvisación gubernamental ya ha costado incidentes en otras líneas del Metro, y hoy el patrón se repite con consecuencias aún más graves.
La obra que prometía conectar a Monterrey se ha convertido en sinónimo de corrupción, soberbia y desorden institucional.
La obra de la L4 del Metro en NL provocó daños en un drenaje ubicado bajo las avenidas Carranza y Constitución, sin contar con la autorización municipal. Las condenas van también hacia Colosio, quien lo permitió de forma “apalabrada”, con tal de quedar bien con Samy. pic.twitter.com/zn7YW8ERT4
— Regio Política (@RegioPolitica) October 30, 2025
Samuel García Construye Sin Permiso Y Ahora Busca Culpar Al Municipio
Ante el escándalo, funcionarios estatales han intentado deslindarse. Han señalado que el municipio no advirtió a tiempo sobre el colector dañado, buscando trasladar la responsabilidad.
Sin embargo, los documentos oficiales son claros: la autorización para perforar esa zona nunca se otorgó. No existió permiso de construcción, impacto ambiental ni validación hidráulica.
El discurso oficial se contradice. Por un lado, el gobierno estatal asegura tener todo en regla; por otro, no puede mostrar un solo papel que avale su versión.
Mientras tanto, las lluvias continúan y el drenaje pluvial permanece afectado. Cada tormenta representa una amenaza para las avenidas del centro, que podrían volver a inundarse con facilidad.
La ciudadanía exige respuestas. Quieren saber quién permitió que construyan sin permiso y quién pagará por los daños. Pero el silencio oficial solo aumenta la indignación.
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