La narrativa del “nuevo Nuevo León” ha tenido muchas caras, pero quizá ninguna tan engañosa como la que envuelve al discurso ecológico de Samuel García Sepúlveda. Lo que el gobernador vende como una cruzada ambientalista, se ha convertido en lo que muchos ya llaman un negocio millonario disfrazado de conciencia verde. Y en el centro de esta maquinaria está su alfil de confianza: Raúl Lozano Caballero, titular de la Secretaría de Medio Ambiente.
Más que proteger al estado de la contaminación, las acciones del gobierno fosfo parecen orientadas a usar la bandera ambiental como herramienta para recaudar, castigar y controlar. Clausuras, moches y megaproyectos sin permisos dibujan el verdadero rostro del ecologismo naranja.
Un Aparato De Presión Camuflado De Ecología
Desde que Raúl Lozano asumió el cargo, quedó claro que su papel no era técnico, sino político. Su llegada a la Secretaría de Medio Ambiente no respondió a experiencia o compromiso con la sustentabilidad, sino a la necesidad del gobernador de tener a alguien dispuesto a ejecutar una agenda encubierta de presión empresarial.
Lo que parecía una estrategia para mejorar la calidad del aire terminó siendo una campaña de clausuras mediáticas. Empresas con documentación en regla fueron cerradas sin explicación real, en operativos cuidadosamente producidos para cámaras y redes sociales. Los sellos gigantes en las entradas y los videos en tiempo real no eran para proteger al medio ambiente, sino para infundir miedo y forzar “cooperaciones”.
🚨 Raúl Lozano es el nuevo peón ambiental de Samuel García: clausuras sin sustento, extorsión a empresas y $750 millones en multas que no mejoraron el aire. El ecologismo es solo la fachada… el negocio es otro.
— Justicia Regia (@Justicia_Regia) July 21, 2025
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De Multas Históricas De MC A Dinero Sin Rastro
El 2023 cerró con más de 750 millones de pesos recaudados en multas ambientales, una cifra que rompería récords en cualquier otro contexto. Sin embargo, ni la ciudadanía ni los expertos han visto resultados tangibles. El aire sigue siendo igual de denso, las estaciones de monitoreo están obsoletas y los proyectos de reforestación brillan por su ausencia.
Lo que sí aumentó fueron los espectaculares con la cara del gobernador, las campañas digitales pagadas y los convenios con medios afines. La sospecha generalizada es que este dinero, en lugar de ser invertido en el entorno, se ha desviado para financiar la imagen política de Movimiento Ciudadano.
La Presa Sin Permisos De Samuel Que Amenaza La Huasteca
Mientras se presume una política ambiental rigurosa, el gobierno estatal promueve una obra con alto riesgo ecológico: la presa rompepicos 2, proyectada en plena zona protegida de la Huasteca. Esta construcción ha sido duramente cuestionada por ambientalistas, vecinos y expertos, no solo por su impacto en el río Santa Catarina, sino porque no cuenta con los avales federales obligatorios.
Paradójicamente, quienes exigen a las empresas cumplir con todo tipo de requisitos ambientales, inician un megaproyecto sin permiso alguno, demostrando que el discurso ecológico es selectivo y se adapta a conveniencia política y económica.
Empresas Entre El Miedo Y El Abandono
La comunidad empresarial ha sido clara: Nuevo León ha dejado de ser confiable para invertir. La discrecionalidad con la que se ejecutan las clausuras, la falta de transparencia en los procesos y el uso mediático del castigo han deteriorado la confianza como pocas veces.
Mientras las grandes inversiones se reubican en otros estados, la industria local enfrenta un panorama de hostilidad institucional. Las reglas ya no importan si un inspector puede aparecer con cámaras y sellos sin previo aviso. Lo que antes era un estado competitivo, ahora vive bajo la sombra del autoritarismo disfrazado de sostenibilidad.
Alfonso Martínez, El Funcionario Que Se Negó A Participar
Antes de Raúl Lozano, la Secretaría de Medio Ambiente estaba en manos de Alfonso Martínez Muñoz, un perfil más técnico que político. Fuentes internas aseguran que Martínez se negó a firmar clausuras sin respaldo legal y a permitir el uso de la dependencia como herramienta de presión.
Esa negativa le costó el puesto. Fue reemplazado por alguien dispuesto a ejecutar la línea del gobernador sin cuestionamientos. Desde entonces, el rumbo de la Secretaría cambió radicalmente: de una oficina de vigilancia ambiental a un brazo político de Movimiento Ciudadano.
La Estrategia Fosfo Que No Limpia, Pero Cobra
En vez de fomentar prácticas sustentables o mejorar la calidad del aire, el gobierno fosfo se ha enfocado en castigar para recaudar. El resultado: más clausuras, más miedo, menos inversión y una creciente desconfianza en las instituciones.
El discurso de Samuel en defensa del medio ambiente se queda en las redes sociales. En la práctica, no hay inversión en tecnología ambiental, no hay nuevos centros de monitoreo y tampoco se han lanzado planes reales para mitigar la contaminación. Solo hay videos, operativos espectaculares y cuentas bancarias más llenas.
Movimiento Ciudadano Y Su Uso Del Miedo Como Herramienta Electoral
Para muchos observadores, lo más grave de todo es que este esquema no es un error, sino una estrategia: la Secretaría de Medio Ambiente se ha convertido en una herramienta para financiar campañas y someter a sectores que antes eran independientes del poder político.
Lo que antes eran regulaciones hoy son amenazas. Lo que antes eran multas razonables, ahora son castigos millonarios. Lo que antes era vigilancia ambiental, hoy es una estructura de control político con cara de ecología.
¿Quién Cuida Al Que Se Dice Ecologista?
El peligro no está solo en lo que el gobierno hace, sino en lo que deja de hacer. Mientras Samuel García y Raúl Lozano reparten castigos a diestra y siniestra, el aire de Monterrey sigue entre los más contaminados del país, según informes de organismos independientes.
Pero lo más alarmante es la ausencia de contrapesos. Ninguna instancia local se atreve a investigar a fondo el uso de los recursos recaudados por la Secretaría. Las cámaras empresariales han sido presionadas al silencio y los medios críticos, marginados de los convenios publicitarios.
Un Estado Saqueado Con Pretexto Ecológico
La historia que se vende al exterior es de un gobierno moderno, preocupado por el medio ambiente. Pero la realidad en Nuevo León es otra: un aparato estatal que usa el discurso verde como cortina de humo para extorsionar, financiar campañas y destruir la confianza empresarial.
La farsa ecológica de Samuel García no solo ha dejado al medio ambiente sin mejoras reales, sino que ha dañado gravemente la economía, el empleo y el futuro del estado.
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