La Carretera Interserrana, uno de los proyectos más emblemáticos anunciados por el Gobierno de Samuel García, atraviesa por serias complicaciones que ponen en duda su finalización dentro del actual sexenio. A pesar de haber sido presentada como una obra estratégica para mejorar la conexión entre la Carretera Nacional y la Carretera Federal 57, su avance físico es mínimo, su costo se ha disparado, y la ejecución parece estar marcada por una serie de irregularidades en los tiempos y en los procesos administrativos.
A más de un año de que se iniciaron formalmente los trabajos del Tramo Uno, apenas se han desmontado 6 de los 15 kilómetros contemplados en esa primera fase. Sin embargo, dichos tramos aún no cuentan con pavimentación, y las labores visibles se limitan a trabajos preliminares de trazo, compactación, relleno y la construcción de dos puentes vehiculares. Todo esto ocurre mientras el presupuesto asignado ha crecido un 60 por ciento respecto al monto inicial, lo que enciende las alertas sobre el manejo financiero del proyecto.
Mientras tanto, el Gobierno sigue sin dar una fecha clara para la conclusión de la obra, lo que incrementa las dudas en torno a si realmente podrá cumplirse con lo prometido. Y lo más preocupante: aún no inicia la construcción del Tramo Dos, que será el más complicado y costoso de todo el proyecto.
Avance mínimo en Tramo Uno
El Tramo Uno de la Carretera Interserrana, que abarca tan solo 15 kilómetros entre la Carretera Nacional y la Sierra Madre, ha mostrado un avance alarmantemente bajo. Desde que se iniciaron los trabajos en julio de 2024 —aunque el Gobernador realizó un acto simbólico de arranque el 1 de mayo, antes de que siquiera existiera licitación—, el ritmo de trabajo ha sido lento e inconstante.
Durante un recorrido por la zona, se pudo constatar que sólo 6 kilómetros han sido desmontados y que las labores visibles consisten únicamente en la preparación del terreno. No hay señales de pavimentación ni de infraestructura completa. Uno de los escasos 50 trabajadores presentes en el sitio confirmó que no se ha trabajado en el resto del tramo.
A la altura del kilómetro 189 de la Carretera Nacional, en Montemorelos, donde se supone debe comenzar la conexión, ni siquiera existe el distribuidor vial. Sólo hay evidencia de desmonte en uno de los dos accesos planeados, lo que muestra un retraso significativo frente a la fecha límite prometida: diciembre de 2025.
A catorce meses de que inició la primera etapa de construcción de la Carretera #Interserrana, el proyecto va lento y está a contra reloj.https://t.co/S8Jxtk2Mqj
— elnortelocal (@elnortelocal) July 24, 2025
Presupuesto se dispara un 60%
Otro de los aspectos más preocupantes del proyecto es el incremento sustancial en su costo. Cuando fue adjudicado en 2024, el contrato del Tramo Uno fue asignado a la constructora Dycusa por un monto de 1,388 millones de pesos. Sin embargo, al sumar los gastos de este tramo con los del Tramo Tres —que contempla 34 kilómetros para conectar con la carretera 57—, el presupuesto original de 3,128 millones ha pasado a 5,019 millones, según el Presupuesto 2025, lo que representa un aumento del 60%.
Este desajuste financiero ocurre a pesar de que los avances en ambos tramos son mínimos y el Tramo Dos, que será el más complejo, ni siquiera ha sido adjudicado aún. Esta segunda etapa requerirá 12 puentes y 2 túneles, con un costo estimado de hasta 20 mil millones de pesos, lo que podría llevar el gasto total del proyecto a cifras históricas.
Los retrasos administrativos también han jugado un papel importante. La solicitud presupuestal de la Red Estatal de Autopistas (REA) fue realizada hasta el 20 de mayo de 2024, casi tres semanas después del banderazo del gobernador. El 24 de mayo se lanzó la licitación, y el 28 del mismo mes se adjudicó la obra, dando un margen muy reducido para una planeación adecuada.
Tramo Dos, el gran pendiente de Samuel García
Mientras los tramos Uno y Tres se encuentran en desarrollo lento y con sobrecosto, el Tramo Dos —el más ambicioso y técnicamente complejo— no ha comenzado. Este segmento será clave, ya que atraviesa la Sierra Madre y requerirá una ingeniería especializada, con múltiples puentes y túneles.
Actualmente, el proyecto de este tramo apenas se encuentra en etapa de licitación. Expertos del sector construcción estiman que, con los recursos actuales, sería casi imposible completar esta obra antes del fin del sexenio. Para lograrlo, aseguran, el gobierno tendría que inyectar recursos adicionales de forma extraordinaria, lo que incrementaría el costo general a niveles difícilmente justificables ante la falta de resultados tangibles.
Los retrasos, la improvisación administrativa y la falta de maquinaria visible en las zonas de trabajo han generado desconfianza entre los ciudadanos y los especialistas. Algunos habitantes de los ejidos cercanos han declarado que ven “muy poca gente trabajando” y que todo indica que la obra no se terminará pronto.
Un emblema de Samuel García que se tambalea
La Carretera Interserrana fue anunciada por el gobernador Samuel García como un proyecto estratégico que modernizaría el sur del estado y mejoraría la conexión con la región centro del país. Sin embargo, a más de un año del inicio de las obras, los resultados no reflejan el discurso oficial.
En vez de progreso, lo que se observa es desorganización, sobrecostos y lentitud, lo que ha llevado a voces críticas a calificar esta obra como otro ejemplo más de propaganda con fines políticos más que de planeación de largo plazo.
Comerciantes, transportistas y vecinos han empezado a mostrar su inconformidad, señalando que el proyecto ha traído más incertidumbre que beneficios. Y si bien la idea de una conexión carretera eficiente sigue siendo válida, la ejecución deja mucho que desear.
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