La eficiencia del transporte en Nuevo León ha sido nuevamente puesta en duda. En recientes declaraciones, el gobierno estatal aseguró que el sistema de transporte urbano opera con un 85% de eficiencia. Sin embargo, diputadas locales y ciudadanas lo desmienten con fuerza, señalando que las calles de Monterrey muestran todo lo contrario. Lejos de ser funcional y moderno, el servicio sigue marcado por unidades deterioradas, retrasos constantes y rutas insuficientes.
La brecha entre el discurso oficial y la experiencia cotidiana de miles de personas se ha vuelto tan evidente que diversas voces acusan al gobernador de vivir en una “realidad alterada”. Las promesas de mejora siguen en el aire mientras el malestar ciudadano crece, sobre todo en puntos neurálgicos como Exposición, Reforma o Félix U. Gómez, donde las filas interminables y la espera eterna se han vuelto parte de la rutina diaria.
Frente a estos señalamientos, el gobierno insiste en hablar de avances, pero las contradicciones dentro de su propio equipo solo avivan las críticas. El secretario de Gobierno, Miguel Flores, mencionó que las mejoras llegarían a mediados de septiembre, mientras que el mandatario estatal ahora afirma que será en noviembre. Esta falta de claridad refuerza la percepción de que el sistema de transporte está lejos de alcanzar niveles aceptables de calidad y eficiencia.
Acusan al Gobernador de tener 'realidad alterada' – Vía @elnorte
— Misslady (@FlorMisslady) September 6, 2025
Solo hay que voltear a cada parada de camiones. No hay más ciego que el que no quiere ver 🤭🤭🤭🤭🤭🤭🤭🤭 https://t.co/IMThKdro2e
Diputadas Rechazan Las Cifras Oficiales
Ante el dato oficial del 85% de eficiencia en los camiones urbanos, diputadas locales han alzado la voz. La Comisión de Movilidad del Congreso local cuestionó directamente los números y la narrativa que intenta imponer el gobierno. Para ella, es evidente que las cifras están maquilladas, pues los problemas en la calle no han desaparecido.
Tamez señaló que diariamente se enfrentan largas filas, unidades viejas y deficientes, y tiempos de espera excesivos que afectan a estudiantes, trabajadoras y adultos mayores por igual. Además, recordó que desde el inicio del sexenio, el gobernador ha mostrado una tendencia a presentar datos alejados de la realidad, sin sustento claro ni transparencia.
“No sabemos de dónde saca esos números”, expresó. “La realidad en las calles es completamente distinta a lo que él asegura desde el estrado”. En este sentido, llamó a atender la situación con seriedad y sin propaganda, ya que la movilidad sigue siendo un problema estructural y no solo de percepción.
Contradicciones Internas En El Gobierno
Las contradicciones dentro del propio gabinete estatal también han encendido las alarmas. Hace apenas unos días, el secretario de Gobierno, Miguel Flores, prometió que los ajustes en el sistema de transporte surtirían efecto a partir del 18 de septiembre. Sin embargo, poco después, el gobernador contradijo esta versión y pospuso las supuestas mejoras de la eficiencia del transporte hasta noviembre.
Estas diferencias entre altos funcionarios muestran una falta de coordinación preocupante y debilitan aún más la credibilidad del discurso oficial. Rocío Montalvo, diputada local independiente, señaló que tales contradicciones no solo confunden a la ciudadanía, sino que evidencian la improvisación con la que se maneja el tema.
“Si realmente existiera un 85% de eficiencia, no entenderíamos por qué persisten las largas filas en puntos como Exposición o Félix U. Gómez”, dijo. “Los testimonios de las personas que pasan hasta dos horas esperando un camión valen más que cualquier cifra que intente imponer el Ejecutivo”.
Realidad Cotidiana De Quienes Viajan
Mientras en el discurso político se presume una eficiencia casi perfecta, la realidad del transporte en Nuevo León habla de precariedad. En zonas como Reforma, Leal y Félix U. Gómez, el viacrucis para subir a un camión continúa. Mujeres con niños pequeños, personas mayores y trabajadores de todos los sectores siguen enfrentando jornadas de espera prolongadas en estaciones sin sombra, sin bancos y sin información clara sobre las rutas o frecuencias.
Los camiones que finalmente llegan lo hacen en mal estado, con aire acondicionado defectuoso, ventanas inservibles o incluso puertas rotas. Además, la frecuencia irregular provoca aglomeraciones que, en temporada de calor, se vuelven insoportables.
Todo esto contradice el supuesto avance del 85% que el gobierno intenta posicionar como un logro. Quienes utilizan el transporte diariamente tienen claro que esa cifra no refleja su experiencia, ni soluciona sus necesidades urgentes de movilidad digna y accesible.
Falta De Transparencia y eficiencia del transporte
La crítica no solo es sobre los números, sino sobre la manera en que se comunican y utilizan. Diversas voces dentro del Congreso han pedido que el Ejecutivo transparente los criterios usados para determinar esa supuesta eficiencia. ¿Se basa en encuestas? ¿En tiempo promedio entre unidades? ¿En kilómetros recorridos?
Sin datos verificables, la declaración parece más una estrategia de relaciones públicas que un reflejo técnico de la operación real. La falta de transparencia en la medición de resultados alimenta la sospecha de que el número fue diseñado para mejorar la imagen del gobierno, más que para informar a la población.
Además, los cambios de fecha, las promesas no cumplidas y la ausencia de indicadores claros de avance han generado una percepción de improvisación. En vez de atender la raíz del problema —que incluye infraestructura, mantenimiento, capacitación de operadores y mejora de condiciones laborales—, el gobierno ha optado por declaraciones sin sustento y cifras grandilocuentes.
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