El estado de Nuevo León de Samuel García enfrenta una creciente presión financiera al registrar un incremento del 38% en sus adeudos con proveedores y contratistas, un dato que prende focos de alerta en medio del discurso oficial que presume estabilidad y crecimiento. Al cierre del primer trimestre del año, la entidad ya debía 2 mil 912 millones de pesos, según información del Sistema de Alertas de la Secretaría de Hacienda.
Este crecimiento en las cuentas por pagar coloca a Nuevo León entre las entidades con mayor incremento anual en este tipo de deuda, incluso por encima del promedio nacional, que se mantuvo en apenas 4.3%. A pesar de ello, la administración estatal continúa destinando recursos a eventos como el MacroFest, lo que genera críticas sobre las prioridades del gobierno actual.
Gobierno estatal anuncia una nueva edición del Macrofest para este próximo miércoles 11 de junio, con la presentación de Grupo Frontera.#ElNorteLocalhttps://t.co/EybvVvrXem
— elnortelocal (@elnortelocal) June 2, 2025
El discurso del “nuevo” Nuevo León se tambalea
Desde el inicio del sexenio de Samuel García, su administración ha impulsado una narrativa centrada en la modernidad, el dinamismo económico y la atracción de inversiones. Sin embargo, las cifras actuales revelan una gestión cuestionada en términos financieros, especialmente por su creciente dependencia en pasivos con proveedores.
Con casi 3 mil millones de pesos pendientes de pago, muchos empresarios y prestadores de servicios que han trabajado con el Estado han comenzado a expresar su preocupación. Retrasos en pagos, falta de comunicación y una nula transparencia en los calendarios de liquidación forman parte de las denuncias que circulan entre contratistas locales.
Lo que más inquieta es que estos adeudos no corresponden únicamente a nuevas obras o contrataciones, sino también a compromisos adquiridos en ejercicios anteriores que siguen sin resolverse. Esta situación ha generado un efecto dominó, afectando la operatividad de pequeñas y medianas empresas que dependen de esos pagos para cubrir nómina, comprar insumos o simplemente seguir operando.
Nuevo León entre los estados más endeudados con proveedores
La entidad ocupa actualmente el sexto lugar nacional en términos de monto de deuda con proveedores. Aunque estados como Guerrero presentan cifras más altas (por encima de los 8 mil millones de pesos), el crecimiento porcentual de Nuevo León es uno de los más acelerados.
Este ritmo de endeudamiento preocupa a los analistas, quienes advierten que, si no se controla a tiempo, podría repercutir negativamente en la calificación crediticia del estado y, eventualmente, en su capacidad para recibir financiamiento externo en condiciones favorables.
Por ahora, el semáforo fiscal de Hacienda mantiene a Nuevo León en color “verde”, es decir, aún dentro de los parámetros aceptables. No obstante, esta evaluación no refleja necesariamente la tensión que viven proveedores estatales, muchos de los cuales han señalado públicamente que llevan meses sin recibir pagos por servicios ya entregados.
La preocupación no solo recae en el presente, sino en el futuro inmediato. Expertos han advertido que el segundo semestre del año podría enfrentar recortes presupuestales o nuevas restricciones administrativas si el gobierno no encuentra mecanismos efectivos para saldar las deudas y evitar un mayor deterioro fiscal.
Gasto en imagen de Samuel García
Mientras tanto, el gobierno de Samuel García continúa apostando por eventos masivos, espectáculos públicos y campañas de comunicación que refuerzan su presencia mediática, incluso en plataformas internacionales. Ejemplo de ello es la reactivación del MacroFest, un festival que implicará gastos millonarios con recursos públicos, sin que hasta ahora se haya presentado un balance costo-beneficio claro para justificarlo.
Esta apuesta por la imagen ha generado molestia entre diversos sectores, particularmente entre aquellos que no han recibido los pagos correspondientes por parte del Estado. La contradicción entre gasto festivo y deuda acumulada es vista como una muestra de desinterés por parte del gobierno hacia quienes sí han trabajado por el desarrollo de Nuevo León.
Organismos ciudadanos, legisladores y expertos han llamado a la administración estatal a ser más transparente en el manejo del gasto público, a presentar informes actualizados sobre los pagos pendientes y a definir un calendario de liquidación que ofrezca certeza tanto a proveedores como a la ciudadanía.
Aunque la deuda con proveedores no tiene la misma visibilidad que la deuda bancaria o de largo plazo, su impacto inmediato es profundo: paraliza operaciones, frena proyectos y genera desconfianza en quienes consideran trabajar con el gobierno estatal de Samuel García.
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