El gobernador de Nuevo León, Samuel García Sepúlveda, se encuentra nuevamente en el ojo del huracán, y no precisamente por el ciclón Alberto, sino por sus flagrantes contradicciones. En 2020, García criticó con firmeza la decisión del entonces gobernador, Jaime Rodríguez Calderón, “El Bronco”, de imponer un toque de queda para frenar la propagación del Covid-19. Con cita de la Constitución en mano, Samuel argumentaba que solo el Congreso tenía la autoridad para tomar semejantes medidas restrictivas.
Hoy, tres años después, parece que García ha olvidado sus propias palabras. Ante la llegada del ciclón Alberto, el gobernador no ha dudado en decretar un toque de queda, dejando a miles de personas atrapadas y sin poder salir de sus hogares. La ironía de la situación es evidente y ha desatado una ola de críticas en las redes sociales y en los medios de comunicación.
Samuel García: “El Toque de Queda es Inconstitucional”
En una rueda de prensa en 2020, Samuel García no escatimó en palabras para criticar a su predecesor. “El toque de queda es una medida extrema y, según nuestra Constitución, solo puede ser decretada por el Congreso”, afirmaba con convicción. Estas palabras ahora resuenan con un tono de burla, ya que, sin la más mínima consulta o deliberación, el propio García ha impuesto un toque de queda, argumentando que la situación lo exige.
El argumento de García en 2020 era claro: las medidas de restricción a la movilidad debían ser evaluadas y aprobadas por el Congreso para garantizar que se respetaran los derechos constitucionales de los ciudadanos. Hoy, sin embargo, la urgencia del ciclón parece haber sido suficiente excusa para que el gobernador se salte estos procedimientos y actúe con una autoridad que él mismo calificó como inconstitucional en el pasado.
La Malicia de Samuel García
No es la primera vez que Samuel García cae en contradicciones flagrantes, pero esta vez la situación es más crítica. En 2020, se presentó como un defensor de los derechos ciudadanos, en contra de cualquier medida que limitara la libertad de movimiento sin la debida justificación legal. Ahora, al enfrentarse a una emergencia, ha optado por una postura mucho más autoritaria, imponiendo restricciones de forma unilateral y dejando de lado el proceso democrático que antes defendía con tanto fervor.
Miles de ciudadanos se encuentran en una situación de incertidumbre y frustración, atrapados en sus casas sin posibilidad de salir debido a la orden de García. Esta medida, que según sus propias palabras de 2020 sería “una violación a los derechos constitucionales”, ahora se ha convertido en su herramienta para gestionar la crisis.
Samuel García, su Peor Enemigo
El mayor enemigo del gobernador parece ser, sin duda, sus propias palabras. Las declaraciones de García en 2020, donde criticaba el uso del toque de queda, ahora se vuelven en su contra, mostrando una clara inconsistencia en su discurso y acciones. Esta situación ha generado un gran malestar entre los ciudadanos, quienes ven en esta contradicción no solo una falta de coherencia, sino una muestra de la malicia con la que se maneja el gobernador.
La pregunta que queda en el aire es: ¿Qué justificará García la próxima vez que se enfrente a una situación de emergencia? ¿Será capaz de recordar sus propias críticas y actuar con la coherencia que prometió en el pasado? O, como muchos temen, ¿seguirá usando su poder de forma arbitraria, ignorando las leyes y principios que él mismo dijo defender?
La credibilidad del gobernador está en juego y, ante la evidente contradicción, la confianza de los ciudadanos se ve seriamente afectada. ¿Será esta la gota que colme el vaso para Samuel García? Solo el tiempo lo dirá.
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